La hipertensión arterial se asocia a tasas de morbilidad y mortalidad considerablemente elevadas, por lo que se considera uno de los problemas más importantes de salud pública, especialmente en los países desarrollados, afectando a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. La hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de detectar; sin embargo, cursa con complicaciones graves y letales si no se trata a tiempo.
La hipertensión crónica es el factor de riesgo modificable más importante para desarrollar enfermedades cardiovasculares, así como para la enfermedad cerebrovascular y renal. Se sabe también que los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres, situación que se modifica cuando la mujer llega a la menopausia, ya que antes de esta posee hormonas protectoras que desaparecen en este periodo, a partir de ese momento la frecuencia se iguala, por lo tanto la mujer debe ser más vigilada para esta enfermedad en los años de la menopausia.
Sugerencias para prevenir cuadros de hipertensión
Si bien no es posible eliminar por completo la hipertensión, varias acciones son muy útiles y necesarias para prevenir su aparición y para evitar el empeoramiento de los síntomas:
- incrementar la actividad física aeróbica.
- mantener un peso corporal dentro de los estándares correspondientes a la edad y la estatura, según el sexo, lo que debe estar acorde con el IMC correspondiente.
- reducir al mínimo el consumo de alcohol: al día no deben consumirse más de 30 ml de etanol, que equivale a 720 ml (2 latas) de cerveza; 300 ml de vino (dos copas; un vaso lleno contiene 250 ml); 60 ml de whisky (un quinto de vaso), en los varones; en las mujeres, la mitad.
- reducir el consumo de sodio, hacer la suplementación de potasio.
- consumir una dieta rica en frutas y vegetales; lácteos bajos en grasa con reducido contenido de grasa saturada y total.
- eliminar el consumo de tabaco.
- controlar la glicemia (sobre todo si la persona padece diabetes).
Recomendaciones para antes de ejercitarse
- Antes de practicar tu rutina de ejercicios recuerda hacer unos minutos de estiramiento y luego unos minutos de relajación. Revisa esta publicación.
- Evalúa tu rutina de ejercicios con tu médico de manera regular, en especial cuando tu médico te indique un cambio en la medicación.
- Si te sientes muy cansado o fatigado suspende la rutina para descansar hasta que te sientas mejor. Es importante mantener el equilibrio entre ejercicio y descanso.
- Evita ejercicios que impliquen levantar o empujar cosas pesadas, aún cuando se trate de tareas domésticas.
- Evita hacer ejercicios al aire libre cuando hace mucho frío, mucho calor o está muy húmedo.
- Ejercítate sobre terrenos planos y no en pendiente. Si no tienes otra alternativa, disminuye la velocidad al subir y presta atención a tu ritmo cardíaco.
- Si interrumpes tu rutina de ejercicios por unos días, reduce los ejercicios al retomarlos y auméntalos gradualmente.
- Si estás enfermo o no te sientes bien, no realices tus ejercicios y espera hasta que todos los síntomas del malestar desaparezcan.
- Si sientes dolor de pecho, debilidad, mareos, latidos irregulares que no se estabilizan, presión o dolor en el cuello, hombro, mandíbula o brazos, u otro síntoma que te alarme, detén inmediatamente la actividad física y descansa. Si el malestar no pasa en seguida, llama a tu médico para descartar alguna emergencia.
Por: Diego Cea Escobar
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